Mensaje Diverso

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[7] La Maravillosa Mano De Dios En La Creación

     En todas las Escrituras, hay referencias. Podemos notar las siguentes referencias: Isaías 40:26, 28; 42:5; jeremías 10:12-16; Amós 4:13; Nuevo Testamento, Juan 1:1; Hechos 17:24; Romanos 1:20, etc.

     Un punto de partida necesario para cualquier consideración desde el punto de vista espiritual es Hebreo 11:3: ”Por la Fe entendemos haber sido constituido el Universo por la Palabra de Dios.” Esto significa que la doctrina Bíblica de la creación está basada en la revelación divina y debe entenderse únicamente desde el punto de vista de la Fe.

     La obra de la creación se atribuye en distintos pasajes Bíblicos a las tres personas de la trinidad: al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Esto na ha de tomarse como si distintas partes de la creación deben atribuirse a diferentes personas de la Trinidad, sino más bien que la obra en su conjunto es obra de Dios.

     Las palabras de Hebreos 11:3, ”lo que se ve fue hecho de lo que no se veía”, tomadas con las de Génesis 1:1, ”en el pricipio creó Dios el cielo y la tierra”, indican que los mundos no fueron hechos con algún material preexistente. En el sentido de que con anterioridad a la creación no había ninguna otra clase de existencia. Por lo tanto, es concluyente que la materia no es eterna.

     Al mismo tiempo, sin embargo, es evidente que la idea de la creación primaria contenida en las Escrituras de que el hombre fue creado del polvo de la tierra (Génesis 2:7), y las bestias del campo y las aves de los cielos (Génesis 2:19), es llamada la creación secundaria, actividad creadora mediante la utilización de materiales ya creados, y se registra juntamente del testimonio Bíblico.

     Afirmaciones tales como la de Efecios 4:6, ”un Dios… sobre todos, y por todos, y en todos”, indican que Dios existe en una relación tanto de trascendencia como de inmanencia respecto del orden creado. En ese estar ”sobre todos” y ”sobre todas las cosas” (Romanos 9:5), es el Dios trascendental, e independiente de su creación, auto existente y autosuficiente. Por lo tanto, la creación debe entenderse como un acto libre de parte de Dios, determinado exclusivamente por su voluntad soberana, y de ninguna manera como un acto necesario. Dios no tenia ninguna necesidad de crear el universo (Hechos 17:25). Eligió hacerlo. Es necesario hacer esta distinción, porque sólo así puede considerárselo como Dios el Señor, el ser incondicional y trascendente. Por otra parte, en cuanto existe ”por todos, y en todos”, es inmanente a su creación (aunque distinto de ella), y esta es eternamente dependiente de su poder para continuar existiendo. ”En Él, todas las cosas subsisten (Colosenses 1:17) y ”en Él vivimos, y nos movemos y somos” (Hechos 17:28).

     Las palabras ”por Tu voluntad existen y fueron creadas” (Apocalipsis 4:11), ”creado por medio de él” (Colosenses 1:16), indican el propósito y el fin de la creación. Dios creó el mundo ”para la manifestación de la gloria de un eterno poder, sabiduría y bondad”. La creación en otras palabras, es teocéntrica, destinadas a desplegar la gloria de Dios; para ser como dice Calvino, ”el teatro de Su gloria”.

     El relato básico de la creación según Génesis, se encuentra en Génesis 1:1-31 hasta 2:1-4. Es una declaración revertida de altura y dignidad, desprovista de aquellos elementos más burdos que se encuentran en los relatos extrabíblicos de la creación.

     La obra de la creación, lo mismo que el ministerio de la redención, está escondida a los hombres, y sólo puede ser percibida mediante la Fe.

     Dios permita, pueda quitar de ti un corazón de piedra y crear un corazón de carne, y que puedas decir como el apostol Pablo, ”He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la Fe. Por los demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquél día, y no sólo a mi, sino también a todos los que aman su venida” (2 Timoteo 4:7,8).