Cuando la persona acepta a Jesús como su Salvador, muchas cosas buenas ocurren, (algunas de ellas) como: bendiciones en la salud; matrimonio; hijos; vicios desaparecen; se deshace la inmoralidad; ataques de Satanás, se van; paz; prosperidad material; prosperidad espiritual; negocios; empleo; protección de la vida y propiedades. En fin, un cúmulo de gracias insospechadas. De hecho, las bendiciones ordinarias y milagros de Jesús, no tienen término. Yo le garantizo que si usted le es fiel y sincero a Dios, Él cumplirá, no porque yo lo diga, sino porque Él lo dice: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10).
“Más el que Practica la Verdad viene a la luz, para que se manifieste que sus obras son hechas en Luz…
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, más tenga Vida Eterna” (Juan 3:21,16).