La crianza de adolescentes no es fácil. Hay cambios sicológicos y físicos. Surgen variaciones de opiniones. Son inestables en cuanto a conversaciones y posturas, de ahí, los padres el darles buenos ejemplos. Los valores serán la clave para una educación balanceada. De lo contrario criarás una bomba de tiempo.
Aconséjales cuando estén tranquilos, e individualmente, ya que cada uno tiene su propia vivencia. Háblales de sexo y sus implicaciones: enfermedades y protección; relaciones prematuras; drogas y otros vicios; respecto a la familia; de la sociedad; gobierno; los que le rodean: padres, vecinos, amistades, compañeros de estudios, de trabajo y sus jefes; leyes; como cuidar su salud; vida espiritual con Cristo; responsabilidad para su persona: aseo personal y limpieza de su vestimenta; ayudar en las tareas de la casa (para cuando tengan su propio hogar). Enseñarles sobre el peligro (que cada vez es peor) en cada sitio, durante su adolescencia y también para su madurez y cómo cuidarse. Cuando nuestros hijos salgan, que nunca esté de más preguntarles dónde van a estar, con quién y número telefónico. Dejarlos un tiempo razonable para evitar cualquier adversidad a tiempo. Los padres no deben dejar de darles libertad, pero controlada para evitar rebeldía. No todo lo que pidan se les puede dar, para cuando en el futuro no consigan algo se mantengan pacientes. Desarrollar confianza entre padres e hijos (así tienen la libertad de preguntarles cualquier tipo de asunto y poderles ayudar). Pasear con sus hijos (viajar). Esté al tanto de ellos sin que se den cuenta; para curar lágrimas, sentimientos y mal de amores. Enseñarles responsabilidad: asignaciones al día, dormitorios ordenados (especialmente cuando se levantan), que no dejen camisas, pantalones, zapatos donde quiera – “lo del dormitorio al dormitorio y lo del laundry al laundry”. Explicarles de forma simple sobre las finanzas: como se encuentra la economía mundial y cómo ello nos afecta. Nuestro dinero y cómo usarlo sabiamente y cómo utilizar sistemas de ahorros. Invitar sus amistades a la casa y conocerlos lo mejor que pueda y ver hasta adonde llegan esas relaciones. Si hubiera algo negativo, córtelo inteligentemente lo más pronto posible. Averigüe números telefónicos y direcciones. Infórmese sobre los sitios donde van a estar. La disciplina en la casa le ayudará a ser disciplinado en el futuro en su propio hogar, negocio, trabajo, ejército, buenas relaciones con la familia de su esposa(o), etc., y será un hombre o mujer de éxito en su vida y en la sociedad.
No dejes que las amistades, la televisión, etc. te lo aconsejen, aconséjalos tú. Ejercer autoridad sobre los hijos pero con una base de amor, paciencia y balance entre las dos. Hay sitios donde nuestros hijos pueden ir y cosas que pueden ver; teatro, cine y otros, pero toca a los padres estar vigilantes. Siempre tenga tiempo para sus hijos y cuando no lo tenga, invénteselo. Evite una desgracia para su hijo y para su familia porque usted sabe de hoy pero no sabe de mañana. Usted no sabe si en el mañana su adolescente (en su adultez) sea un abogado, doctor, gobernador, artista o un deportista. La semilla que usted ha sembrado sirva de disciplina y responsabilidad para él y para usted… satisfacción del deber cumplido.
Pero si aún así sus hijos no toman consejo, busque de Dios, ore por ellos. Él le oirá y ayudará. Hay una serie de textos bíblicos sobre la atención de Dios: “Pedid y se os dará; buscad y hallareis; llamad y se os abrirá. Porque todo aquel que pide recibe; y el que busca halla; y al que llama se le abrirá. ¿Qué hombre hay de vosotros que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros siendo malos sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, cuanto más nuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que se las pidan. (Mateo 7:7-11).
Tienes poco tiempo para educarlos y el ejemplo que le des es más importante de lo que creemos; es imperativo y crucial en sus vidas. Lo que ellos vean hacer a sus padres será una escuela para el resto de sus días. No importa cuántos consejos le hayas dado, el ejemplo prevalecerá, sea bueno o malo. ¿Por qué?, ellos están en una etapa de crecimiento: emocional, físico y sicológico. Su cerebro se está desarrollando y amoldando a toda percepción exterior continuamente. Si tú no le das forma, otros se la darán (mentes extrañas y enfermas) y se convertirán en enemigos de los padres y la familia.
De modo que, no solo ayudamos a nuestros adolescentes sino a nuestra nación y el mundo. Educándolos con consejos y ejemplos, tendremos columnas que sostendrán nuestra paz, nuestra libertad y nuestra fe.