En la Biblia la oración es adoración que incluye todas las actitudes del espiritu humano en su acercamiento a Dios, cuando se le ofrece culto, confesión, alabanza y súplica por medio de la oración.
En las Santas Escrituras se encuentran alrededor de 85 oraciones originales. Además hay alrededor de 65 salmos completos y catorce partes de salmos que pueden llamarse plegarias; todas ellas en el Antiguo Testamento.
También, la oración se usa en la unión de la volundad del hombre con Dios, como dice en Genesis 28:20,21: “E hizo Jacob voto, diciendo: Si fuera Dios conmigo, y me guardare en este viaje en que voy, y me diere pan para comer y vestido para vestir, y si volviere en paz a casa de mi padre, Jehova será mi Dios”.
Uno de los aspectos que más se destaca en la biblia sobre la plegaria es, sobre la intercesión; o sea interceder por otro: persona o personas en autoridad, nación, el mundo, hogar, trbajo, conflictos, negocio, salud, etc. o por uno mismo. Hay personas que creen que la intercesión fuera para algunos prominentes lideres escogidos, pero ésto, es incorrecto. En un análisis general del Santo Libro, Dios siempre dio libertad al hombre para interceder: “Orar unos por otros” (Santiago 5:16).
Al caer el hombre en desobediencia delante de Dios, abrió las puertas a un campo espiritual que hasta ese momento, era desconocido para él. Esto provocó que cayera en torbellinos de situaciones dificiles que nos llegan hasta hoy. no solo se descontroló sino, que permitio que un campo personalizado, lo controlara. en Efesios 6:10-13 dice: “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podaís estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podaís resistir en el día malo y habiendo acabado todo, estar firmes”. Es imperativo entonces, la oración.
Con respecto a la postura para la oración, no existen reglas concretas. lo que Dios quiere, no es que se humille el cuerpo, sino el corazón.
En la parabola del juez injusto, (Lucas 18;1-8) estimula la tenacidad en la oración, que incluye percistencia y continuidad. La demora de Dios en contestarla no se debe a su indiferencia, sino a su amor, que desea perfeccionar y profundizar la fe, que finalmente es reivindicada.
La oración de fe en Dios y la confianza en su providencia es el mejor negocio del mundo, porque Dios siempre cuida en los que en él confían. No hay circunstancias por difíciles que sean, en las que Dios no pueda intervenir, y de las que Dios no pueda sacarnos con bien. Tenemos un Dios de vida en medio de la muerte; un Dios de cuidados en medio del abandono; un Dios de soluciones en medio de los problemas; un Dios de amor, en medio de los odios; un Dios que, aunque tu no lo conoscas, el te conoce y te oirá. El dice: ”Pedid, y se dará; buscad, y hallareís; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla, y al que llama, se le abrirá” (Mateos 7:7,8).